La idea de esta receta surgió gracias a una de mis cuñadas, que este otoño decidió conservar en ginebra una buena cantidad de madroños, para añadirlos a los gin-tonics. El alcohol cambió el color original rojo bermellón de los frutos y los volvió amarillo-anaranjados, dando un toque de color precioso en las copas, así como un aroma dulzón, contraste perfecto con el amargor de la ginebra y de la tónica. En ese momento, decidí que tenía que cocinar algo con madroños. Y como ya iréis viendo que me encanta idear recetas con productos "De mi jardín", este otoño yo también he decidido hacer mi propia recolección, y he conservado estos preciosos madroños en almíbar hasta que se me ocurriera qué hacer con ellos. Ya sabéis que se pueden hacer mermeladas, confituras, tartas, decoraciones de postres, salsas para carnes y caza, vinagres, licores, etc. Yo me he decidido por la salsa de madroños, y lo cierto es que el experimento no ha podido resultar más delicioso y sencillo.
Salsa de madroños
300 gramos de madroños maduros
300 gramos de madroños maduros
1 cebolla mediana
2 cucharadas soperas de azúcar
Un poco de agua
Pela la cebolla y pícala finamente; a continuación fríela en aceite de oliva virgen. Cuando este dorada, añade los madroños limpios y enteros, y remueve para que se integren. Añade el azúcar y un chorrito de agua y remueve para que se combinen los sabores. Deja cocer tapado unos 25 minutos a fuego lento. Una vez pasado ese tiempo espera un poco a que se enfríe la mezcla y pásala a un vaso de batidora para triturarla. Después de triturar la mezcla, y para que la salsa resultante quede más fina, la pasamos por un colador y así eliminamos las semillas. Ya está lista para servir.
paula! Grata sorpresa! Que bonita y bien organizada esta la página. Enhorabuena. Muchos besos
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