Es rarísimo que yo aquí vaya a un restaurante chino, porque siendo una comida que me encanta, salvo honrosísimas (y carísimas excepciones, véase el restaurante Asia Gallery, el Tse Yang o El Bundt), me espanta la comida china que se hace en España. Por eso cada vez que tengo la ocasión de viajar a otros países siempre encuentro un momento para darme el gustazo de comer platos chinos que me encantan, como el pato lacado pekinés, el buey a la pimienta szechuan, y por encima de todos, este pollo crujiente a la naranja, que me enloquece. Y como hace tiempo que no lo como y ya he visto que todo es posible hacerlo en casa, desde hace semanas me ha dado por investigar sobre esta receta, y he descubierto con bastante sorpresa, que es bastante fácil de hacer, por lo que, !otra receta asiática desentrañada! Y ¡cómo está de rico!: tiernos y crujientes trocitos de pollo envueltos en una marinada agridulce con fuertes tonos cítricos y algo picantes. Perfecto ying y yang de sabores y texturas, que resulta altamente adictivo. Esta receta es para 4 personas.
Pocas veces he hecho un plato y he estado deseando volver a repetir a los pocos días. Es cierto que requiere un poco de tiempo y cariño, pero el resultado de vibrantes sabores sin duda merece la pena.
Pollo a la naranja al estilo chino
500 gramos de pechugas de pollo, cortadas en tiras o daditos
240 mililitros de caldo de pollo
1 cucharada de piel de naranja rallada
120 mililitros de zumo de naranja
80 mililitros de vinagre blanco
60 mililitros de salsa de soja
80 gramos de azúcar
1/4 cucharadita de gengibre en polvo
2 cucharadas de cebolla picada
2 dientes de ajo, picados
1 cucharadita de salsa picante Sriracha (opcional)
Pimienta recién molida
2 cucharadas de Maizena + 150 gramos
2 cucharadas de agua caliente
2 huevos
Aceite para freír
Cebollino para decorar
Pon los trozos de pollo en una bolsa de congelación o para bocadillo, y reserva. En una cacerola mediana combina el caldo de pollo, la piel de naranja, el zumo de naranja, el vinagre, la soja, el azúcar, el gengibre, la cebolla y el ajo, la salsa picante y la pimienta. Mezcla bien y extrae 170 mililitros de esta mezcla y vierte en la bolsa con el pollo para que se marine. Refrigera durante al menos 30 minutos. Mientras tanto lleva a ebullición lo que queda de la salsa en la cacerola, moviendo frecuentemente. En un bol pequeño mezcla muy bien 2 cucharadas de maizena con 3 cucharadas de agua caliente, sin que queden grumos, y vierte en la cacerola. Reduce el fuego y cocina a fuego medio, moviendo constantemente hasta que se espese; entonces retira del fuego. Pon 2 dedos de aceite en una sartén grande y calienta a fuego fuerte. Mientras tanto bate los huevos en un plato hondo. Pon la maizena restante en un plato aparte. Saca el pollo de la nevera, escurre los trozos y tira la marinada. Reboza los trozos de pollo en huevo y después en maicena, sacudiendo el exceso, y pon una primera tanda de trozos de pollo en el aceite durante 5-7 minutos hasta que estén dorados, dándoles la vuelta de vez en cuando. Sácalos de la sartén y pásalos a un plato con papel de cocina para que absorba el exceso de aceite. Pasa los trocitos de pollo rebozado por el bol con la salsa marinada. Sirve en los platos sobre un poco de arroz blanco y decora con el cebollino.
Aunque nos seas muy fan del picante, te recomiendo no prescindir porque sin llegar a arder, la salsa shriracha le da un toque fundamental al plato, en fuerte contraste con la dulzura de la salsa de soja y naranja.
Pocas veces he hecho un plato y he estado deseando volver a repetir a los pocos días. Es cierto que requiere un poco de tiempo y cariño, pero el resultado de vibrantes sabores sin duda merece la pena.
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