Con esto de que disfrutamos de un comienzo de otoño que más bien parece un final de verano, todavía he encontrado unas dulces y jugosas ciruelas a las que no me he podido resistir. Estaban deliciosas y pensé en hacer algo con las pocas que sobraron, aunque aquí no sea una fruta que utilicemos mucho para cocinar. Como resultado, un bizcocho jugoso y dulce, original y diferente. Muy rico para merendar o desayunar.
Es importante respetar el tiempo de enfriamiento antes de cortar el bizcocho para servir, ya que si no, corres el riesgo de que se rompa y desmigue.
Bizcocho de ciruelas
120 mililitros de aceite vegetal
150 gramos de azúcar
1/2 cucharadita de extracto de vainilla
2 huevos
180 gramos de harina
1/2 cucharadita de sal
1/2 cucharadita de levadura química
80 mililitros de yogur natural
6 ciruelas negras pequeñas, maduras, deshuesadas, y cortadas en cuartos
Precalienta el horno a 180 grados y engrasa un molde de bizcocho. En un bol grande mezcla el aceite, el azúcar y el extracto de vainilla hasta obtener una mezcla ligera y esponjosa. Incorpora los huevos, batiendo uno a uno. En otro bol diferente mezcla la harina, la sal y la levadura. Incorpora los ingredientes secos a los húmedos, alternando con el yogur, hasta que la mezcla conforme una masa suave y homogénea. Con cuidado incorpora los trozos de ciruelas a la masa y viértela en el molde previamente engrasado. Hornea unos 45 minutos, hasta que al clavar un palillo en el centro, éste salga limpio y seco. Deja enfriar al menos 10 o 15 minutos dentro del molde. Pasa un cuchillo por los bordes, suelta el bizcocho, y deja enfriar sobre una rejilla antes de servir.
Esta receta es también válida para hacer una original tarta de un piso y acompañar de un poco de nata montada recién hecha.
Es importante respetar el tiempo de enfriamiento antes de cortar el bizcocho para servir, ya que si no, corres el riesgo de que se rompa y desmigue.
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