Voy a partir de la premisa de que no todo el mundo sabe lo que son las pamplinas, porque yo misma no lo he sabido hasta hace sólo dos primaveras. También conocidas como corujas, borujas, morujas, y una larguísima lista de nombres acabados en "uja" según la zona, las también llamadas pamplinas (que es el nombre que a mí me gusta), son una auténtica delicatessen para confeccionar originales y delicadas ensaladas. Son unas plantitas acuáticas con hojas de color verde brillante, como berros diminutos, que crecen de forma salvaje y espontánea formando verdaderas mantas en las orillas de arroyos de aguas limpias de la sierra, desde principios de primavera hasta inicios del verano. Aparte de la multitud de beneficios para la salud que se le atribuyen, las pamplinas tienen un particular sabor fresco y jugoso, que combina a la perfección con innumerables ingredientes y aderezos. Solas o en compañía de otros, son sencillamente un manjar, muy apreciado gastronómicamente.
Aunque no es fácil, a veces en temporada se encuentran ensaladas de pamplinas en algunas cartas de restaurantes; la única pega es que suelen ser muy caras, supongo que por el gran trabajo que tienen de limpieza, pero realmente merece la pena el esfuerzo porque son una delicia.
Ensalada de pamplinas con fresas, queso fresco, piñones y vinagreta de fresas
150 gramos de pamplinas, frescas y limpias
16 fresas, limpias y cortadas
Queso fresco de cabra, rallado
Un puñado de piñones
Para la vinagreta: 6 fresas trituradas, 2 cucharadas de vinagre balsámico, 4 cucharadas de aceite de oliva virgen, sal y pimienta
En un bol mediano prepara la vinagreta mezclando las fresas trituradas, el vinagre, el aceite, la sal y la pimienta hasta emulsionar por completo. En una ensaladera para 4 personas acomoda las pamplinas, y sobre ellas distribuye los trozos de fresas, el queso fresco de cabra rallado y los piñones. Adereza con la vinagreta de fresas.
Es muy importante limpiar exhaustivamente las pamplinas en agua abundante, eliminando con cuidado restos de otras plantas y cortando sus largas raíces acuáticas.
Aunque no es fácil, a veces en temporada se encuentran ensaladas de pamplinas en algunas cartas de restaurantes; la única pega es que suelen ser muy caras, supongo que por el gran trabajo que tienen de limpieza, pero realmente merece la pena el esfuerzo porque son una delicia.
En la provincia de Salamanca la llamamos maruja. Está muy buena pero no sabemos porque está prohibido cogerla (tonterías que se inventan algunos porque dicen que dañas el ecosistema, cuando toda la vida la hemos cogido). En mi familia la seguimos comiendo, y con esta receta de fresas tiene que estar buenísima.
ResponderEliminarQué ricas, ¿verdad? ¿Y cómo la coméis vosotros, María?
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