Esto más que una receta debería denominarse experimento, porque es lo que realmente fue cuando en otoño del año pasado decidimos intentar hacer en casa nuestras propias aceitunas caseras, y la verdad es que el resultado fue todo un éxito. Aunque hay que esperar a que caigan las primeras lluvias antes de recolectar las aceitunas porque si no están muy amargas, yo os lo voy contando por si os apetece probar este otoño. El caso es que a mediados de octubre recogimos las aceitunas de un olivo bastante birriático del jardín de casa, e iniciamos unos meses de cuidados intensivos, que al fin vieron la luz.
Aceitunas aliñadas caseras
Aceitunas
Agua con sal
Sal, tomillo fresco, cáscara y trozos de naranja, ajos machacados sin pelar
Primero lava muy bien las aceitunas y pónlas enteras o machacadas en frascos de cristal, cubiertas con agua con sal; cierra los frascos y déjalos así hasta el día siguiente. Durante los siguientes 15 días, cambia el agua con sal cada 2 días. Después de ese tiempo, comprueba si ya han perdido su amargor, probando una aceituna, y si es así, será el momento de aliñarlas. Para ello, escúrrelas y vuelve a meter las aceitunas en los frascos con todos los ingredientes elegidos, añade un puñado de sal y termina de llenar el frasco con agua. A partir de ese momento, hay que irlas probando a partir del décimo día, y estarán listas para consumir en las siguientes 6-8 semanas.
El único truco fundamental del proceso es jamás aliñar las aceitunas mientras éstas no hayan perdido su amargor. Hay miles de ingredientes perfectos para aliñar, además de los que yo he utilizado, como son: orégano, hinojo, laurel, limón, guindillas, pimentón, granos de pimienta, etc.
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