Probé este bizcocho en Balthazar Boulangerie durante mi última visita a Londres, y sin duda fue un flechazo. Y como Londres está a cierta distancia, he tenido que crear mi propia versión, cuyo resultado, sin ser exactamente igual al original, no está nada mal. Ya os contaba aquí que para tomar un trozo de tarta, un pastelito o un tentempié salado en cualquier momento del día, Balthazar es el sitio adecuado. Un oasis de paz en un espacio mínimo abarrotado de deliciosas tentaciones caseras, dulces y saladas, entre las que es difícil elegir.
Ya sólo queda preparar un té o un café para acompañarlo, y ¡a disfrutar!
Bizcocho de jengibre y lima
200 gramos de mantequilla, ablandada
175 gramos de azúcar moreno
1 cucharada de extracto de vainilla
3 limas
3 huevos grandes
200 gramos de harina
1 cucharadita y media de levadura en polvo
1 cucharadita de jengibre molido
1 pellizco de sal
2 yogures naturales
Para el glaseado: 6 cucharadas de azúcar glass, 1/2 cucharada de leche, el zumo y la piel de 1 lima
Precalienta el horno a 180 grados y engrasa un molde. Bate la mantequilla con el azúcar y el extracto de vainilla, hasta obtener una crema, pálida ligera y esponjosa. Ralla la piel de las limas y añade a la crema. Gradualmente incorpora los huevos, batiendo uno por uno. En un bol aparte tamiza la harina, la levadura, el jengibre y la sal. Incorpora esta mezcla a la crema de mantequilla y azúcar. Añade el yogur y el jugo de 2 de las limas y bate hasta obtener una masa lisa y homogénea. Vierte la masa en el molde y hornea en la tercera balda por abajo del horno durante 1 hora - 1 hora y 15 minutos, o hasta que esté dorado y al introducir un palillo éste salga limpio y seco. Saca del horno y deja enfriar en el molde durante 15 minutos, y después deja enfriar por completo sobre una rejilla. Prepara la glasa mezclando el azúcar glass, la leche y el zumo de lima en un bol pequeño. Pon la rejilla con el bizcocho sobre un papel de aluminio y con una cuchara vierte la glasa sobre el bizcocho, dejando que resbale. Espolvorea el bizcocho con la piel de la lima cortada en tiritas finas, que se quedarán pegadas a la glasa.
Está claro que para que te guste este bizcocho, te tiene que gustar el sabor picante del jengibre, y yo me declaro fan. Es un bizcocho absolutamente aromático, con el toque refrescante que le aporta la lima. Se trata de un bizcocho con mucho carácter, dulce, picante y ácido, todo a la vez.
Ya sólo queda preparar un té o un café para acompañarlo, y ¡a disfrutar!
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