Y llegó el cumpleaños de la mujer que más quiero en el mundo, y como seguía teniendo una cantidad ingente de moras de la última recolección, decidí hacer esta tartaleta de masa quebrada, curd de limón, coulis de moras, merengue tostado y moras frescas, que sé que suena algo complicada pero no tiene mucho secreto y resulta deliciosa.
No sé a vosotros, pero a mí el sabor de las moras tiene el poder de retrotraerme a excursiones en la sierra durante largas y cálidas tardes de finales de verano, recolectando como una loca, comiéndome una de cada tres, y acabando con dolor de tripa, agotada y feliz.
Tartaleta de limón y moras silvestres
Ingredientes para la masa quebrada, aquí
Para el curd de limón: 8 yemas de huevo, 140 g de azúcar, 60 de azúcar avainillada, el zumo de 1 limón, la ralladura de 1 limón, 1 cucharada de mantequilla
Para el coulis de moras: 125 gramos de moras silvestres, 60 g de azúcar, 2 cucharadas de agua, el zumo de ¼ de limón
Para el merengue: 10 gramos de azúcar normal, 2 claras de huevo, 1 chorrito de vinagre, 1 pellizco de sal, 50 gramos de azúcar normal, 50 gramos de azúcar glas
Para decorar: rodajas de limón, moras silvestres
Empieza por hacer la masa quebrada, siguiendo esta receta. Después prepara el curd de limón, batiendo las yemas con el azúcar; añade el zumo y la ralladura de limón, y pon en un cazo pequeño. Cuece a fuego lento hasta que espese sin dejar de remover durante unos minutos. Retira del fuego, añade la mantequilla, remueve de nuevo y deja enfriar por completo. Para preparar el coulis de moras, pon en una cacerola todos los ingredientes. Deja hervir a fuego lento durante 20 minutos aproximadamente. Pasa por el pasapurés y después por un colador para que no quede ninguna pepita. Prepara ahora el merengue, poniendo en el vaso de la batidora las claras de huevo. Bate 5 minutos a baja velocidad, y luego sube al máximo. Cuando estén casi montadas añade los 10 gramos de azúcar normal, la sal y el vinagre.
Mezcla en un bol los 50 gramos de azúcar normal y los otros 50 gramos de azúcar glas, y añade de forma envolvente con la ayuda de una espátula.
Para montar y decorar la tartaleta, una vez enfriada por completo la masa quebrada, pinta la base con el coulis de moras, deja secar y rellena la masa con el curd de limón. Decora la superficie con el merengue, unas rodajas de limón y unas moras; si tienes un soplete de cocina, tuesta ligeramente el merengue. Refrigera un mínimo de dos horas antes de servir.
Como ya podréis imaginar, la combinación es riquísima, con la potencia de las moras, el punto ácido del limón y la dulzura esponjosa y ligera del merengue tostado. Ni que decir tiene que cayó en el mismo día y no sobraron ni las migas, vamos, como de costumbre...
No sé a vosotros, pero a mí el sabor de las moras tiene el poder de retrotraerme a excursiones en la sierra durante largas y cálidas tardes de finales de verano, recolectando como una loca, comiéndome una de cada tres, y acabando con dolor de tripa, agotada y feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario